Creencias – Al pie del Totem

Namacade

 Ellos hacían los Tótem en la Estación de Lluvia:

Cuando tenían muchos productos de la huerta, los ponían a los pies del Tótem.

Forma en que hacían sus Tótems:

Los hombres cavaban alrededor del cactus que iban a usar para el Tótem, y lo conservaban completo, porque era muy malo si se rompía. (Los cactus se rompen muy fácilmente.) Los hombres lo cortaban debido a que tiene espinas. Usaban herramientas de metal para cortarlo.

Llevaban el cactus al centro del campamento, y lo bajaban en el agujero que habían cavado para él. Todos se juntaban alrededor del Tótem que habían hecho. Los  hombres llevaban todos sus adornos  hechos de plumas y cuero de jaguar. Cuando llegaban ante el Tótem nadie podría hablar o hacer ruido. Esto era porque la gente de otros grupos ayoréos podían escucharlos y acercarse sigilosamente.  No querían que otros grupos supieran que tenían un tótem.

Sacudían sus cabezas para que su pelo que había sido amarrado se moviera hacia arriba y hacia abajo.  Los participantes del Tótem se pintaban sus rostros con el polvo de unas piedras rojas. Ellos también pintaban de rojo las cuerdas de sus sandalias.

Luego pintaban diseños en la superficie del Totem. Ellos ponían las marcas de los clanes en el Tótem – algunos de ellos están mencionados abajo:

Jnuruminone –   pajei carubode (las cuerdas que se llevan alrededor de la cintura)

Picanerane –    pajojode

Cutamurajane – pedobicaidie

Dosapéode –   yajogaróa (cuero de oso hormiguero)

Posorajane –     gogogoi carigode (plumas de la cola del pájaro grande)

Étacõrone –    suarecari – (colas de pericos)

Una hacha muy pequeña era utilizada para hacer cortes en la  piedra roja llamada carodé. Si las piedras se rompían,  quería decir que ellos no podían matar a ninguna víctima no ayoré (cojñone). (El asesinato de los civilizados era algo muy deseable para un hombre ayoré de ese tiempo.)

Los hombres jóvenes y los ancianos  bailaban enfrente del Tótem usando los mismos pasos de la danza que utilizaban en la ceremonia ore tãrei ome, que hacían para librarse de la culpa por el derramamiento de sangre.

Ellos le cantaban al Tótem y le pedían las cosas que deseaban.  Los hombres  llevaban adornos en el cuello de plumas y tocados de piel de jaguar.

Ellos doblaban sus manos y cantaban con mucho ruido: ju-i i i i, ju-i i i i, ju-i i i i. Y  trataban al Tótem como si fuera su abuela, y decían: “Abuela, fuiste tu quien me lavó y me inició en su clan. Sé que no me vas a negar lo que te pido.”

Ellos seguían con esto día y noche durante mucho tiempo, tocando sus maracas y cantando. Los hombres se frotaban las palmas de sus manos y hablaban de otros grupos de ayoreos. (Cajoide me mostró cómo se frotaron las manos.) Ellos no tiraban nada a la basura.

Si se deshacían de  las cosas, significaba que algo vendría sobre ellos y los mataría.

Viudas – Cheque abai toguedie

Cuando sus maridos  morían, reunían conchas de caracol y los golpeaban en la cabeza con las conchas. Cuando un esposo muere, para enterrarlo, lo colocan dentro del gran bolso tejido (rondo) de su esposa.

Relámpagos – Ajnorane

Cuando una persona muere por un rayo, cuando oyen truenos dicen que son las palabras de la persona que murió.  (Un hombre llamado Dujuábidé fue matado por un rayo, así que cuando ellos oyen los truenos dicen: “Esos con palabras de Dujuábidé.”) 

Cajoide –  Campo Loro, Paraguay – 1985.

Transcrito por: Maxine Morarie.

Traducido al español por: Julia Morarie.