Borade – Asõrenie Ore
Se dice que los ayoreos de hace mucho tiempo aprendieron a hacer hilo; lo que ellos fabricaron del hilo lo llamaron ‘borade:’
En el principio, aquellos hombres del pasado, para preparase para la guerra, pusieron un taparrabo de hilo en frente de un miembro hombre del clan Picanerai. Cuando terminaron con el Picanerai, amarraron un taparrabo de hilo en la cintura de un guerrero Chiquenoi. Y luego trajeron a un hombre del clan Dosape y le pusieron un taparrabo de hilo en el también. El último en recibir un taparrabo era un guerrero Étacõri; y sólo en estos cuatro dirigentes pusieron taparrabos de hilo.
Ahora que estaban equipados con taparrabos, lo siguiente que les dieron eran lanzas para aprobar:
Dieron al miembro del clan Picanerai una lanza, y luego se dieron al Chiquenoi una lanza, y los dijeron a aquellos guerreros que probaran las lanzas que les habían dado. El Dosapei probó la lanza que lo dieron, y el dijo al Étacori que la probara la suya también.
Se hicieron muy valientes guerreros y muy feroces:
Se hicieron muy valientes guerreros y muy feroces, y todo por los taparrabos hechos de hilo y las lanzas que llevaban. El miembro del clan Picanerai no podía ser superado, ni el Chiquenoi, el Dosapei, ni el Étacõri.
Pelearon con los ‘cojñone’ (enemigos blancos}:
Pelearon con los enemigos blancos y completamente los destruyeron. Superaron ese día, y después de eso nadie les molestaba porque eran victoriosos.
Los Ayoreos hicieron una clase de Tótem que llamaron Namacádedie:
Para el tipo de Tótem que hicieron los ayoreos, utilizaban los cactus altos llamados darujna en el idioma ayoré. Sobre todo el palo escribieron diferentes tipos de marcas. Y cuando todo estaba marcado, al pie del Tótem, colocarían comidas como ofrendas.
El clan Cutamuraja afirma el Tótem como una de sus posesiones del clan.
Los hombres de la tribu podrían solicitar al Tótem de poner gente blanca en sus caminos para que pudieran matarlos.
Ellos no dejaban que los niños se acerquen a los Tótems. Sólo los hombres maduros podían mirar a la parte superior del Tótem desde debajo. (Los Tótems eran siempre muy altos.)
Oidábiadé – Campo Loro, Paraguay – 1988.
Transcrito y traducido al español por: Maxine Morarie.