Angoninguite guesátigo ore tangári Dupade uruode
Quiero compartir la Palabra de Dupade con ustedes:
Quiero compartir con ustedes algunas cosas que he aprendido sobre la Palabra de Dupade de los mensajes de Juan Krunklis quien nos enseña todos los días. Él nos enseñó que los que son obedientes, y que tienen los oídos abiertos, son aquellos que oyen la Palabra de Dupade. Ustedes no me conocen, pero soy una persona que ya procura no hacer cosas que no convienen. Y eso es porque realmente creo que las cosas que me enseñan Oroné, Yiguíjnamúiné, y Juan son la verdad, y trato de hacer las cosas que convienen, y no hacer lo que está mal.
Orar por mi hijo es lo que debería hacer:
Doy gracias a Dupade que él nos dio un niño pequeño, y quiero mostrarle cómo vivir una buena vida, recordándole cada día en mis oraciones.
Y ustedes, mis compatriotas, espero que algunos de ustedes creen también, y tienen corazones obedientes, y oídos abiertos.
Para mí es imposible no pensar en Dupade:
Recientemente estaba en el bosque y no podía dejar de pensar en Dupade, con quien yo hablo todos los días. Estoy muy agradecido por la lluvia que él nos manda para regar nuestros cultivos de manera que vamos a tener suficiente comida. Siempre estoy leyendo en la Palabra de Dupade que debería orar fielmente todos los días, y eso procuro hacer.
Parece que me enfermo muy frecuentemente, pero cuando me enfermo oro a Dupade por mí mismo, y también oro por todos mis compatriotas. ¡Estoy muy contento con la Palabra de Dupade, y la manera en que me está guiando!
Me dirijo también a los niños, diciéndolos que presten atención a mis palabras. Ustedes saben que yo no sé mucho, pero yo creo en Dupade, y Dupade sabe que yo creo en su Hijo Jesús.
Estoy especialmente agradecido por las enseñanzas diarias de Juan.
Esto es todo lo que tengo para decir.
Lídiadé – Rincón de Tirgre – 1970
Transcrito por: Juan Kruklis
Traducido al español por: Maxine Morarie