Cabayui Adode
La historia del Tapir (Anta) y el Hombre Ayoréi
Nos dicen que un tapir se fue con un hombre ayoréi:
El Ayoréi había estado esperando a su esposa por el árbol dujna dónde iba a conseguir la miel. Y él seguía allí esperando a que algo suceda. Y el tapir vino y se lo llevó.
La esposa del hombre Ayoréi vino detrás de él, pero cuando ella llegó al árbol dujna no lo encontró. Pensaba encontrarle recogiendo miel del árbol dujna, pero no lo encontró, porque el tapir ya lo había llevado. El tapir y el Ayoréi todavía estaban viajando a través de las selvas. Finalmente el Ayoréi sintió mucha hambre porque habían estado viajando por un largo tiempo. Su hambre era tan severa que empezó a gemir. Él dijo: “¡Ooooo!” Cada vez que pensaba en la comida, gemía.
El tapir lo escuchó y le preguntó: “¿Qué has dicho?”
El Ayoréi respondió: “Yo no he dicho nada.”
Pero el tapir sabía que el Ayoréi tenía hambre y es cuando el tapir defecó. Pero lo que salió fue ‘un tipo de miel que viene solamente de abejas amarillas’. El Ayoréi empezó a comer la miel y comió hasta que estaba lleno. La miel se originó desde el tapir que lo proporcionó para uno de los primeros hombres ayoreos.
El tapir tomó al Ayoréi con él de nuevo y viajaron a través de las selvas. Y al igual que la primera vez, el hombre sintió hambre y comenzó a gemir. Él dijo: “¡Oooooo!” Cada vez que pensaba en la comida, gemía.
Pero el tapir sabía que el Ayoréi tenía hambre y es cuando el tapir defecó de nuevo. Pero lo que salió fue ‘un tipo de miel que viene solamente de pequeñas abejas negras’. El Ayoréi empezó a comer la miel y comió hasta que estaba lleno.
Los ayoreos declaran que la miel originó desde el tapir.
Salieron otra vez y viajaron a través de las selvas y las mismas cosas ocurrieron. Después de un largo tiempo el Ayoréi sintió un gran hambre y comenzó a gemir. “¡Oooooo!” decía cuando comenzó de pensar en la comida.
¿Que dijiste?” preguntó el tapir.
Pero el Ayoréi contestó, “No dije nada.” Escondió sus palabras del tapir, porque no quiso avisarlo de su hambre. Así que el tapir siguió viaje. Pero después de un largo tiempo defecó, y aún otra clase de miel salió; esta vez salió ‘el tipo de miel que viene de la abeja negra que hace su nido en la tierra’. El Ayoréi enseguida comenzó a chuparlo, y no dejo hasta llenar su barriga.
Esta vez cuando empezaron viaje por las selvas, el hombre Ayoréi pensaba en su esposa cuando sintió hambre. Gemía diciendo, “¡Oooooo!” Tenía mucho hambre.
El tapir averiguó, “¿Que palabras has dicho?”
“No hice ningún sonido,” respondió el hombre Ayoréi.
Y en eso el tapir defecó y salió ‘miel que produce la grande abeja amarilla’, la que se parece mucho a las abejas domesticadas, pero no pica. Y chupaba la miel hasta que estaba lleno.
Y de repente, las cosas cambiaron. El hombre Ayoréi estaba ya en otra parte de la selva, lejos del tapir.
Oidábiadé – Campo Loro, Paraguay – 1988.
Transcrito y traducido al español por: Maxine Morarie.